Volviendo a donde todo empezó

No debía estar allí, eso era algo que sabía. Oculto tras su capa observaba el lago con mirada anhelante. Al fin y al cabo aquel lago era un pequeño resumen de su vida, en él había conocido a las personas más importantes de su vida. Personas que ya no estaban con él.

Sus alas le incomodaban bajo la pesada tela pero aquella sensación de opresión era ya una costumbre, despues de 500 años uno termina habituándose a cualquier cosa. Y, a pesar de tener aquella edad, seguía sintiendose como si no hubiera pasado ni un día desde la última vez que había estado en aquel lugar.

Bajó la mirada a su libro y trató de sumergirse en él.

*Ah, el lago, un lugar hermoso para encontrar mariposas...¿o eran luciernagas?...quien sabe..solo le gustaba corretearlas ...era divertido, verlas revoltear alegres y moverse de un lado a otro...ese movimiento por alguna razón había sido algo irresistible para el pequeño chico.
Cabello alborotado oscuro igual que su sojos, sus ropas no eran más que una sudadera blanca y pantalón de mezclilla azul, sin calzado alguno, unas orejas de gatito sobresalían de su cabeza mientras una felina cola se notaba atrás de el moverse, ambos rasgos de un color igualado a el de su cabellera; su gesto...entre ingenuo y alegre, seguía la luciernaga o mariposa, lo que fuese con las manos, con ingenuidad total...solo era sana diversión.
Pero su afán de jugar no le dejó usar su instinto para advertirse de un charco de lodo, humedad causada por uno que otro árbol que había absorvido suficiente agua al grado de inchar y gotearla quizás...después de todo ese sitio era un lugar muy húmedo.
Resbalo...*

-Ñyaaaaaaaa!!!

*Un chapuzón, el agua mostraba suaves olas, el gatito yacía ahora en el agua... ¿Un gato en el agua? extraño...pero el estaba aterrorizado entonces, no sabía nadar.
Agitaba su smanos y chapoteaba en el agua, lanzaba agua por todos lados buscando de donde sujetarse, sus orejas estaban agachadas completamente y su gesto era de miedo ahora, no le gustaba el agua....y esa era la razón; el no saber como nadar...gritaba pidiendo ayuda.*

-¡¡Ñyaaa!!¡¡Ayuda-ñya!!

La lectura del angel caído fue interrumpida por el sonido de algo al caer al agua, lo que le hizo bajar el libro y observar al lago con miedo, por si era alguien que pudiera descubrirle en ese lugat.

Localizó con los ojos al neko justo en el preciso instante en que el pequeño gritó pidiendo ayuda. Sin pensárselo si quiera dejó el libro a un lado y se puso en pie. Su mente, en cuestión de segundos, tuvo que tomar una "gran" decisión. Estaba a bastante distancia y si iba corriendo quizás no lo conseguiría. No dudó entonces a la hora de quitarse la capa y echar a volar hacia el lugar. Sus alas negras relucieron en la noche y Lyan era consciente del peligro que eso conyevaba.

- ¡Pequeño! - Le grito al nekito descendiendo hasta allí para tomarlo por una mano.

*Una voz, como un grito, pero seguí intentando salir, de nadar...inútil completamente, tuvo algo cercano y lo sujetaba, una mano...¿una mano?...¿lo estaban ayudando?... no pensó más y se aferraba como podía (sin clavar uñas) a la mano, casí al brazo.
Sus orejas estaban decaídas completamente, empapadas, completamente...gotas de el líquido caían y volvían a donde el agua, temblaba de frió, y también de temor...
Cerraba sus ojos igual con miedo, apenas entreabría estos un poco para observar a su alrededor, desviaba la mirada a donde su rescatista...una silueta, era lo único que lograba ver en ese momento....*

-Gra...cias....

Lyan sintió que se le encogía el corazón al ver al pequeño neko débil y mojado, con aquella carita tan triste. Lo pegó contra su pecho y voló hasta el árbol donde descansaba su capa y su libro, lo más rápido que pudo.

- No hay de que.- Le respondió sonriéndole y lo llevó hasta el lugar, posándose en el suelo con cuidado ratos despues. Aún no soltó al neko, pues sentía que este tiritaba un poco.- ¿Tienes frío? ¿estas bien? - Le preguntó.

*Un aferro, igual lo correspondía, pero el sujetaba las ropas que yacían sobre el pecho ajeno, volvía a cerrar sus ojos y sus orejas sumisas, apegadas contra su cabello, un tintineo escuchaba, como un zumbido...por una poca agua que se había adentrado a sus orejas.
No se soltaba, sentía el viento a medida que el joven regresaba a donde antes el estaba, si...frió era lo que sentía y el temblor de su cuerpo era una notoria prueba de ello, su cola llegó incluso a enrrollarse en su pierna derecha, en señal de que esta pareciese querer calentar el cuerpo del chico, aunque inútil, claro estaba.
Apenas entreabrió sus parpados...pero su mirada hasta pareciese perdida; no era una muy bonita experiencia para el estar en el agua...*

-Es-estoy...b-bien...solo...frió...un poco....si....

Lyan se mordió el labio inferior al escuchar la vocecita. El pobre minino estaba helado, empapado. Se agachó con el aún en brazos, pensando que era muy liviano, y cogió la capa que antes le cubría las alas para rodear al pequeño con ella.

- ¿Asi mejor? - DIjo frotándole un poco para ver si entraba en calor.

Mientras hacía esto, miraba a su alrededor preocupado. Si veían sus alas en un lugar como aquel estaría en problemas.

*Lentamente una sensación de despresión era lo que sentía, descendía junto a el, sintiendo calidez de momento a otro, una capa era lo que ahora cubría su cuerpo y un frote le proporcionaba calor, cosa que le hacía dejar de temblar un poco, y su cola lentamente se liberaba de su propia pierna, permitiéndose sacudirla un poco para quitarle la humedad restante en esta.
Se froto la cara el mismo con la prenda, terminando por sacudir un poco su cabeza y dejar a la vista sus orejas erguidas un poco en su cabeza nuevamente, desviaba las oscuras y grandes iris a donde el, en un gesto no solo de agradecimiento, sino de inocencia.*

-Gracias, señor...gracias...

*Solo en ese momento notaba aquel par de negras y deslumbrantes así como majestuosas (para el) alas que yacían en la espalda del muchacho, un gesto de impresión y admiración fue lo que mostró en ese momento.*

-Son ...son hermosas...

Lyan se dió cuenta de donde estaban posados los ojos del pequeño y se sintió algo incómodo ante aquel comentario. Se rió con suavidad y le frotó un poco más para que terminase de estrar en calor.

- Sólo son un problema.- Murmuró y volvió a mirar a su alrededor, paranoico.

- Si quieres peudes quedarte con la capa pero yo no puedo estar aqui sin ella...- Le explicó para que no pensase que estaba loco o algo de tanto mirar a su alrededor.- No a todo el mundo le gustan mis alas.- Se rió algo amargo.

*Sus orejas sacudieron ante lo que el decía ¿un problema?¿por qué?...¿por la ropa?...pensaba...comenzaba a analizar....negras...no blancas...aunque fuesen de ángel, recordó lo que escucho de los que luego le regalaban uno que otro dulce, un Caído...un Ángel Caído...¿el era uno?...¿Por eso estaba así de alterado?.... prefería no preguntar ni atormetarle con comentarios...sabía que no era conveniente, por lo que solo se dispuso a volver su mirada esta vez a donde el , a su rostro, con una suave sonrisa; su cola mecía suavemente, aunque estubiese bajo aquella capa.*

-¿Enserio no le molesta que me la quede?....por que...quizás usted la quiera de vuelta...además...soy peque...mi cuerpo fácil entra 2 o 3 veces en esta capa...

*Sonrió dulcemente, cerrando sus ojos...cambiando el tema, pues sabía que seguro a el no le agradaría seguir respecto a las alas...es decir, sus palabras lo indicaban aleguas...*

El mayor se rió ante aquella afirmación y no pudo evitar el impulso de acariciarle tras las orejas, era demasiado lindo aquel crío.

- No pasa nada, ya me las arreglaré.- Le dijo ya algo más tranquilo porque el lago parecía estar desierto. Entonces se sentó, aún con el neko en cuello.

- ¿Qué haces aqui solo? - Le preguntó entonces, algo preocupado.

*Sus orejas sacudieron ante las caricias, más la que era mimada por la mano de el joven. Abría sus ojos lentamente para verle, sentado , pero aún así...se mantenía ''aferrado'' a el, sujetandole de las ropas del pecho, su colita se mecía suavemente y de vez en cuando se notaba el movimiento por ondulaciones que mostraba la capa que le cubría.*

-Espero no estar causandole molestias...ñyy...

*Escucho su pregunta, a lo que sus orejas quedaban erguidas en su cabeza nuevamente, para poder contestar con un tono completamente alegre, dulce, casí risueño.*

-Jugaba con una mariposa...me gusta seguirlas...son rápidas. ñyaaa...

Aquella vocecilla tan inocente, con aquellas orejitas tan lindas... ¿Qué clase de padres dejaban a un niñito como aquel solo? Al ver que no le molestó, siguió rascándole las orejas tranquilamente.

- Pero quiero decir.. ¿Donde estan tus padres? ¿Vives muy lejos? - Preguntó entonces observando aquellos enormes ojazos.

*Las orejas quedaban sumisas ante sus caricias, y su gesto notaba claramente que le agradaba aquella sensación que tenía de cosquillo y caricia en la misma oreja...como si hormigas la recorrieran.
Desviaba sus ojos hacía donde el, sonriéndo de una forma infante, su colita apenas quedaba en una pose de ''u'' tras de el y debajo de la prenda que le brindaba calro en ese momento.*

-¿Padres?...estan muertos....tuve a Watanuki un tiempo pero también murio, y vivo en donde pueda caber...en una casita vieja o algo así-ñyaaa...aunque este vieja y polvorosa es cómoda...

*Sonrió, su tono era uno completamente natural; claro...hacía ya tanto que ya era normal para el hablar de eso...Le miraba fijamente a los ojos, con una ingenuidad clara en su porte, sus orejas seguían degustandose con aquellas caricias que recibían y su cola retomaba el movimiento; apenas emanaba un muy suave sonido, un leve ronroneo.*

-Ñy-prrr...~

Lyan escuchó aquello horrorizado, mirando al neko como si no pudiera creer que un pobre niño viviera en la calle, solo. No dejó de acariciarle las orejas pues veía que le gustaba pero el disgusto no se iba de su rostros.

- ¿N-no tienes quien te cuide? ¿Ni si quiera una casa? - Murmuró aunque estaba claro que así era.

No podía dejar a un pobre minino como aquel a la intempeire, estaba claro que si algun demonio le echaba el guante encima terminaría siendo vendido como exclavo... o algo peor.

- ¿Tienes hambre? - Le preguntó entonces, sintiéndose fatal.

*Se sentía tan bien aquella mano...aquella caricia en sus orejas lo hacían sentirse como nunca....ya siquiera los dulces , pasteles y cosas que solía comer de vez en cuando le daban un gusto como ese.
Miraba a donde el nuevamente, entrecerrando sus ojos...los mismos mimos no le dejaron notar el por que el gesto de disgusto.*

-Ñyy...prrr...no, nadie me cuida prr....y casa....prrr...hasta el parque puede ser una buena casita si así uno quiere-ñyaaa -prrr...~~

*Su cola se sacudió completamente alegre ante las palabras finales de el, esa pregunta...la respuesta era obvia; ya hacía tiempo que no comía algo...siquiera un dulce que solían regalarle. Se preguntaba donde estaba la gente que solía regalarle dulces...algunos ya no aparecían...*

-Ñyaaa...si-prrr~~ ...

Lyan se sintió aun peor, no sabía si ver como ronroneaba el pobre neko ante sus caricias o por que se sintiera feliz de poder vivir en un parque. LPensó rápidamente, no podía dejarlo allí solo... se sentiría demasiado culpable, eso no iba con el. Se mordió el labio inferior, observandole.

- Yo no puedo ofrecerte mucho pero... puedes quedarte en mi casa un tiempo, mientras encontramos un lugar para ti.- Dijo desviando la mriada mientras lo acariciaba... recordaba que una vez hacía quinientos años había acogido en casa a un ángel con problemas... aquel neko no iba a ser molestia en comparación.

*Sus ronroneos seguían ahí ...presentes, cada sensación de cada caricia era distinta a la anterior, le agradaba y mucho.
Sus oscuros ojos se viraron a donde el al escucharle, ladeaba su cabeza un poco como curioso, su colita se mecía de vez en cuando, en tiempos, y con algo de ritmo, su gesto era entre curioso e ingenuo...¿le cuidaría, pese a que recién le conocía?...*

-Ñyaaaa ¿enserio?...eso es muy muy amable, gracias joven....ñyaaa.....prrr....~~

*Sujetando las ropas de el se impulsaba para acurrucarse en su pecho, acomodaba su mentón en el hombro de el, reposante...sus orejas bajaban de una forma sumisa, echándolas hacía atrás....ahora el ronroneo sería más fuerte por la cercanía con el oído del muchacho, su colita se dejaba ver meciendose suavemente de derecha a izquierda...*

-Prrrrr....gracias...prrr~~ ...

El caído se estremeció ante el ronroneo del pequeño, tan cerca de su oído. Algo dentro de sí hizo "click", haciendo que se le erizasen incluso las plumas. Se mordió el labio inferior y se puso en pie, pensando en cómo habría echo aquel chiquillo para sobrevivir por las calles y sonfiaba tanto en la gente.

- Entonces vámonos ya... necesitas cambiarte de ropa.- Le dijo acariciándole aún, con cuidado, notando su pelo suavecito.

- Agarrate bien , ¿Eh? - Le dijo el otro con suavidad, pero nervioso. Aquel nekito se pegaba a él de una manera sugerente... ¿Sugerente? No, eso no era, no podía pensar eso de un niño.

"Venga Ly, contrólate" Se dijo internamente antes de recoger sus cosas y alzar el vuelo.

- Tardaremos un rato en llegar.- Le aviso en un susurro.