"Comida" No hacía más que pensar.

"Comida" Era la única palabra que rondaba su mente, ida... "¿Hace cuánto que no pruebas bocado, Leynashade?" Se decía a si misma mientras caminaba por la selva totalmente desnuda. Le gustaba sentir el viento en su piel, poco le importaba que la pudieran ver ya que la mayoría solían huir ante su presencia.
"No debo ser agradable de ver" Pensó para sí misma antes de que un hormigueo en las patas le sacase de sus pensamientos... ¡ Comida !

Un pequeño ratón mordisqueaba algo a unos metros de ella. No era gran cosa, pero serviría para saciarle el apetito durante algunos minutos.
Ella no era de las que trazaban planes para cazar, así que se limitó a subirse al árbol que había un poco más detrás de la rata.
Derrepente, pudo ver como el ratón salía corriendo extrañamente, lo que le dio la oportunidad de lanzarse sobre él en la confusión y como quien no quiere la cosa, atraparlo entre sus dos grandes zarpas.

- Cuchi cuchi. - Dijo amorosamente hacia el roedor mientras le apretaba el cuerpo en una mano, le encantaba ver como se le ponían los ojos saltones, se dispuso a llevarselo a la boca cuando escuchó un gimoteo procedente de donde vino el ratón, y, superando la curiosidad su hambre, se acercó a mirar sin soltar el ratón que pataleaba en sus manazas.

Y entonces lo vio, un pequeño Nekito se arrastraba por el suelo a cuatro patas, le parecio una imágen bastante cómica y a la vez pesona. Aun así lo vio engrifarse y gruñir y no necesitó demasiado tiempo para darse cuenta de que ese ratón que ella tenia en las manos, había sido su presa, aun que visto de otro modo, ahora lo había cazado ella.

- Se acabó tu turno, pequeñín. - Dijo sonriendo con picardía a la vez que le daba un gran lenguetazo a la cabeza del ratón peinandole el pelo hacia atrás, el ratón asustado había dejado de moverse hace mucho, estando ahora en un estado de shock sintiendo una espada que colgadaba sobre su cabeza.

Leynashade a pesar de todo, se acercó al Neko curiosa al ver su reacción, y se irguió orgullosa por su caza o robo, quién sabe.

Trató de rodearlo con una de sus alas.

Estaba asustado, podía notarlo, la forma en la que trataba de apartarse de ella y de mirarla... era rechazo, otra vez. Siempre las mismas caras, siempre las mismas acciones.
Suspiró sin darse cuenta al ver al pequeño felino actuar así, ya se había acostumbrado, pero una parte de ella se entristecía cada vez que actuaban así.
De todas formas, su personalidad la hacía ser molesta, divertirse acosta de otros, y en vez de dejar al gatito tranquilo, se acercó aun más a él, sin soltar en ningún momento el ratón, que ya había muerto asfixiado.

Sonrió abiertamente, unos pequeñisimos dientitos puntiagos se veían entre sus labios, dio un par de pasos hacia el gatito sin estar demasiado cerca de él y se inclinó obviamente juguetona y divertida.

- ¿ Y si no, qué ? - Dijo calmada.

Es verdad que ella era cobarde, pero no sentía miedo de un pequeño gatito, es más, le daba en cierta forma ternura aun que sabía que era un sentimiento provocado por las ganas de jugar con él. Le parecía un juguete divertido y extraño.

Sin más espera y casi al instante que escuchó al pequeño decir su amenaza, estiró su mano libre y abriendola le tapo toda la cara.

- Hola. - Dijo finalmente después de un poco de silencio. Sonrió.

Leynashade no apretaba su mano para hacerle daño o aprisionarle la cabeza, solo le tapaba la cara. Su palma tenia un agradable olor a ratón recien cazado y a frutas, a pesar del aterrador aspecto de sus enormes garras.

Extendió las alas, y rodeó al felino con ellas.

La arpía cerraba las alas cada vez más, acercando al gato a ella. Le encantaba verlo tan asustado, era divertido.

No pudo evitar reirse, aun que se contuvo y fue más una especie de gimoteo, cuando escuchó al gatito decir que no era comida. No recordaba la última vez que había comido algo así, en realidad no le gustaba cazar otros seres grandes a no ser que la provocasen.

Cerró las alas casí a más no poder y empujó al gatito hacia ella, agarrandole el hombro con una mano y aferrándolo a su cuerpo mientras, por fin, se metía el ratón a la boca.

- ¿ A qué saben los gatos ? - Dijo en tono de burla con el rabo del ratón fuera de la boca.

Pequeños dientecidos de gatito asomaban entre sus labios cuando lo observó, corto la cola del ratón y se la puso en la nariz. Extrañamente se enroscaba.

- Está rica. - Dijo mientras masticaba el cuerpo del ratón con un poco de disgusto, hacía demasiado tiempo que no comía algo decente, y un ratón digamos no era un manjar, aún así le calmo el hambre un poco, aun que no lo suficiente. - Llevo muchos días sin comer como para darte el ratón.

Dejó de aferrarselo al cuerpo, le seguía pareciendo divertido, además no podía entender como el gato se asustaba tanto si ya casi estaba claro que no le iba a hacer daño. Se quedó mirándolo fijamente y recogió sus alas.

- No te voy a comer. - Dijo finalmente, para que no quedasen dudas.

Se dejó caer al suelo de culo frente al Neko, haciendo que quedase un pequeño espacio entre ambos, seguía masticando el ratón, que desagradable era cuando no se cortaban o deshacían a la primera. Tragó antes de hablar.

- Aprende a cazar mejor .. - Movió la cabeza a un lado y vio un pequeño ratóncito salir de una madriguera. - Bingo. - Dijo sonriendose, y cerrando las garras del pie para no hacerle demasiado daño con ellas le dio un empujón a Ulises con este para hacerle ver la madriguera de ratones que había no muy lejos de ellos.

- No recuerdo quién era el que se volvía loco cuando no comía... ¿vampiros?. - Dijo casi de una forma instantánea, casi sin venir a cuento.

Se quedó sin palabras observando al gato cazar, la torpeza personificada. El ratón había entrado a la madriguera, y seguramente ya no saldría en un par de horas.. ni él, ni su familia si es que la tenía. Se empezó a reir por lo bajini.

- No me extraña que lleves días sin comer, ¿ qué pasa, que tus padres no te enseñaron a cazar ? - Siempre pensó que esas cosas tan básicas ya venían impresas en la mente de los animales, el cómo sobrevivir.

Le agarró de la cola y lo arrastró de vuelta a su lado, donde estaban antes. Lo miraba sonriente y de forma burlesca, los gatos siempre habían destacado por su agilidad y gracia para moverse, pero este era todo lo contrario a su raza.

Sonrió abiertamente, divertida ante la idea de que no tubiera insistintos de cazador o algo de ese estilo.

- No es culpa mía, un buen cazador no se intimida ni por mi ni por nadie. - Lo vio con un aire de superioridad y estiró el brazo para despeinarle la cabeza.

- Te daría algo de comer pero no suelo ser muy bondadosa. - Quería ver su reacción, le divertía ese pequeño.
Volvió a cogerle la cola, esta vez con cuidado y la manoseo un poco.