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Re:
Bien, había logrado darse a la fuga por fin. Una huida rápida y limpia, con solo unas pocas monedillas que no creía que Bäel fuera a echar de menos, el estomago lleno, y la ropa limpia. O al menos lo había estado antes de meterse a ese oscuro y mugriento callejón, huyendo de la sensación de ser perseguido.
No creía que el demonio estuviera persiguiéndole, eso seria una tontería ¿verdad? Después de todo solo era un pequeño neko, de seguro tenia asuntos más importantes que andar a su caza. Pero de todas formás ahí estaba, escondido entre unas cajas, con todos los sentidos alerta y con sus orejas alzadas, escuchando el monótono ras ras del roer de un ratoncillo. Si no fuera porque estaba muy preocupado de mantenerse oculto saldría en ese instante a aplastar al maldito e irritante bicho.
No creía que el demonio estuviera persiguiéndole, eso seria una tontería ¿verdad? Después de todo solo era un pequeño neko, de seguro tenia asuntos más importantes que andar a su caza. Pero de todas formás ahí estaba, escondido entre unas cajas, con todos los sentidos alerta y con sus orejas alzadas, escuchando el monótono ras ras del roer de un ratoncillo. Si no fuera porque estaba muy preocupado de mantenerse oculto saldría en ese instante a aplastar al maldito e irritante bicho.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
¡Oh! Pero si que lo perseguía. En cuanto había visto que su cartera faltaba de la encimera, Bäel había sentido como si le hubiesen pegado una gran patada. Y ahí tenía el resultado de intentar se amable: lo 'violaban', abusaban de su hospitalidad, su casa y su comida y al final le robaban para dar el golpe magistral de desaparecerse mientras le compraba al dichoso gato las malditas bebidas que había pedido con tono sumiso y ojitos vidriosos.
Nunca más se fiaría de aquel gato. Ni siquiera sabía que pensar. O era bipolar o estaba como una puta cabra, como la diosa Ael. Y nunca mejor dicho.
Al regresar a casa simplemente había empezado a seguir el rastro, agudizando sus sentidos. Y ahora se encontraba de nuevo en Dalas, en los asquerosos callejones. Al pasar sobre uno escuchó el ruído de un pequeño rodeor moviéndose, y la presencia de dos gatos. Se acomodó en el resquició de una ventana para observar desde las alturas, con sus dejas fruncidas y los labios apretados, formando una delgada linea blanca.
Nunca más se fiaría de aquel gato. Ni siquiera sabía que pensar. O era bipolar o estaba como una puta cabra, como la diosa Ael. Y nunca mejor dicho.
Al regresar a casa simplemente había empezado a seguir el rastro, agudizando sus sentidos. Y ahora se encontraba de nuevo en Dalas, en los asquerosos callejones. Al pasar sobre uno escuchó el ruído de un pequeño rodeor moviéndose, y la presencia de dos gatos. Se acomodó en el resquició de una ventana para observar desde las alturas, con sus dejas fruncidas y los labios apretados, formando una delgada linea blanca.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Agudizó más aun su oído, sintiendo que no estaba solo el lugar y se asomó ligeramente, esperando no toparse con un alto demonio de ojos rojos cubiertos por largo cabello negro. Apenas asomó un poco, vio una ondeante cola y dejo escapar un suspiro de alivio. Solo era otro neko.
Un ruido fuerte en el exterior del callejón asusto al pequeño ratoncito, que salió disparado en la dirección de Samy, que por reflejo y por deseos de acabar con los chillidos molestos del asustado animal, le atrapó por la cola, levantandole frente a su rostro para mirarle con una mueca de desagrado.
-Estúpido animalejo, callate de una vez – bufó agitando al ratón, que se retorcía tratando de escapar.
Un ruido fuerte en el exterior del callejón asusto al pequeño ratoncito, que salió disparado en la dirección de Samy, que por reflejo y por deseos de acabar con los chillidos molestos del asustado animal, le atrapó por la cola, levantandole frente a su rostro para mirarle con una mueca de desagrado.
-Estúpido animalejo, callate de una vez – bufó agitando al ratón, que se retorcía tratando de escapar.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Una mueca de satisfacción se instaló en el rostro casi pétreo de Bäel al oír el timbre de voz que le indicaba que uno de los dos nekos era Samy. Saltó de la ventana y se balanceó hasta el otro edificio, localizando a su gatito y a uno más pequeño cerca.
Bajó lentamente hasta posarse silenciosamente atrás de Samy, viendo como sujetaba a aquel roedor. Le daban ganas de arrancárselo de las manos y estrujarlo hasta que todo lo que guardaba dentro saliese disparado tras sus ojos. Le encantaría ver la mueca de espanto del otro neko, porque ya sabía que Samy muy afectado no se vería.
-¿Qué? Pensaba que tu estómago era más refinado... ¿Ahora te van las ratas callejeras? ¿O quizás tu amo te hace cazarlas? -preguntó con tono burlón detrás de su oreja. Sus labios pegado a la piel membranosa, soplando los pelitos castaños al hablar.
Bajó lentamente hasta posarse silenciosamente atrás de Samy, viendo como sujetaba a aquel roedor. Le daban ganas de arrancárselo de las manos y estrujarlo hasta que todo lo que guardaba dentro saliese disparado tras sus ojos. Le encantaría ver la mueca de espanto del otro neko, porque ya sabía que Samy muy afectado no se vería.
-¿Qué? Pensaba que tu estómago era más refinado... ¿Ahora te van las ratas callejeras? ¿O quizás tu amo te hace cazarlas? -preguntó con tono burlón detrás de su oreja. Sus labios pegado a la piel membranosa, soplando los pelitos castaños al hablar.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
-¿Qué? Pensaba que tu estómago era más refinado... ¿Ahora te van las ratas callejeras? ¿O quizás tu amo te hace cazarlas?
Y sintió cada pelo de su cuerpo, desde el más pequeño hasta el más grande, desde la punta de las orejas a la de la cola, erizarse por completo. Esos labios, esa voz, ese olor... Le había seguido, le había encontrado, y le tenia justo de tras... ahora si estaba perdido, porque era prácticamente imposible que pudiera volver a engañarle ¿verdad? Tendría que ser muy tonto para tragarse su actuación de nuevo.
- ¡El ratón es mío!
-¡Oh! ¿es tuyo? Perdona, no lo sabia, sera mejor que te lo devuelva... - murmuró sonriendo, inclinándose un poco hacia adelante antes de impulsarse con las piernas para meterse de golpe debajo del contenedor junto al otro neko. No era un iluso, sabia que algo así no detendría al demonio, pero al menos esperaba conseguir algo de tiempo.
Y sintió cada pelo de su cuerpo, desde el más pequeño hasta el más grande, desde la punta de las orejas a la de la cola, erizarse por completo. Esos labios, esa voz, ese olor... Le había seguido, le había encontrado, y le tenia justo de tras... ahora si estaba perdido, porque era prácticamente imposible que pudiera volver a engañarle ¿verdad? Tendría que ser muy tonto para tragarse su actuación de nuevo.
- ¡El ratón es mío!
-¡Oh! ¿es tuyo? Perdona, no lo sabia, sera mejor que te lo devuelva... - murmuró sonriendo, inclinándose un poco hacia adelante antes de impulsarse con las piernas para meterse de golpe debajo del contenedor junto al otro neko. No era un iluso, sabia que algo así no detendría al demonio, pero al menos esperaba conseguir algo de tiempo.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Bäel solo gruñó al verlo esconderse, pateando todos los cubos de basura e incluso lanzando al rodeor contra la pared de lo enojado que se sentía. Fue directo hacia el cubo bajo el cual se escondía Samy, arrugando la superficie de un puñetazo.
-O sales, o te quedas ahí dentro para siempre -siseó. Aunque aquello no era verdad. No creía de ser capaz de aquello con el maldito gato. Sólo deseando llevarlo a casa y atarlo con una cadena a las patas de la cama, para impedir que se fuese de nuevo.
-O sales, o te quedas ahí dentro para siempre -siseó. Aunque aquello no era verdad. No creía de ser capaz de aquello con el maldito gato. Sólo deseando llevarlo a casa y atarlo con una cadena a las patas de la cama, para impedir que se fuese de nuevo.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Se sobresaltó al escuchar el ruido de los cubos y ver al ratoncito golpear contra la pared, cayendo cerca y sin vida. Otro sobresalto y un estremecimiento de terror cuando esta vez el ruido fue proveniente de lo que actualmente era su escondite. Bäel parecía muy, muy enfadado, y él no era tan estúpido como para no tenerle miedo a un demonio cabreado que había asesinado con sangre fría a alguien delante suya en una ocasión.
- ¡No! ¡Era mío!
Sintió una pequeña punzada de culpa mirando al otro neko que no tenia nada que ver con aquel asunto, pero paso igual de rápido que había venido. Simplemente habían tenido mala suerte, él por robarle a quien no debía, y el pequeño neko por estar en el lugar equivocado y en un mal momento.
-O sales, o te quedas ahí dentro para siempre
-¿¡Crees que estoy loco!? ¿¡de verdad piensas que me voy a arriesgar a salir y acabar como ese roedor!? - chilló con voz asustada. Ya no iba a intentar seguir con la pantomima, era una estupidez. Lo mejor era concentrarse en buscar una salida que les sacara de allí y no perder el tiempo tratando de engatusar a Bäel de nuevo. Y si, sacarles, porque no era tan cruel para abandonar al otro neko para que el demonio pudiera desquitarse con él.
-Hey... pequeño... ¿ves alguna salida por ahí detrás? - murmuró bajito para que Bäel no pudiera escucharle, permaneciendo vigilante a los movimientos del demonio.
- ¡No! ¡Era mío!
Sintió una pequeña punzada de culpa mirando al otro neko que no tenia nada que ver con aquel asunto, pero paso igual de rápido que había venido. Simplemente habían tenido mala suerte, él por robarle a quien no debía, y el pequeño neko por estar en el lugar equivocado y en un mal momento.
-O sales, o te quedas ahí dentro para siempre
-¿¡Crees que estoy loco!? ¿¡de verdad piensas que me voy a arriesgar a salir y acabar como ese roedor!? - chilló con voz asustada. Ya no iba a intentar seguir con la pantomima, era una estupidez. Lo mejor era concentrarse en buscar una salida que les sacara de allí y no perder el tiempo tratando de engatusar a Bäel de nuevo. Y si, sacarles, porque no era tan cruel para abandonar al otro neko para que el demonio pudiera desquitarse con él.
-Hey... pequeño... ¿ves alguna salida por ahí detrás? - murmuró bajito para que Bäel no pudiera escucharle, permaneciendo vigilante a los movimientos del demonio.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
-Te he oído perfectamente, gatito -el demonio golpeó de nuevo el metal, que se hundió un poco más bajo su puño-. Si no estas loco, sal ahora mismo y lo solucionamos rápido. Ese neko no va a irse a ningún lado.. y menos contigo.
Arrugó la tapa como si fuera un simple bote de conservar y pudo verle la cara al otro. Por momentos sentía que la furia le iba y le venía, pero al ver aquellos ojos... Mierda, nada de reblandeces estúpidas. Volvió a arrugarla más, golpeándolo para que el otro le mirase bien. Sí, quería asustarlo, pero también le había interesado ver al fin el verdadero carácter del otro.
Apenas miró de reojo al otro neko, ni le dio pena aquel roedor.
-¿Por qué te has ido? ¿Por qué me has mentido? ¿Así es como agradeces las cosas? Estoy harto de tus mentiras -gruñó-. Seguro que incluso lo del callejón fue una mentira detrás de otra... -siguió, como insinuando que Samy estaba más que acostumbrado a estar con hombres y le era fácil fingir y engañar, como en lo demás.
Arrugó la tapa como si fuera un simple bote de conservar y pudo verle la cara al otro. Por momentos sentía que la furia le iba y le venía, pero al ver aquellos ojos... Mierda, nada de reblandeces estúpidas. Volvió a arrugarla más, golpeándolo para que el otro le mirase bien. Sí, quería asustarlo, pero también le había interesado ver al fin el verdadero carácter del otro.
Apenas miró de reojo al otro neko, ni le dio pena aquel roedor.
-¿Por qué te has ido? ¿Por qué me has mentido? ¿Así es como agradeces las cosas? Estoy harto de tus mentiras -gruñó-. Seguro que incluso lo del callejón fue una mentira detrás de otra... -siguió, como insinuando que Samy estaba más que acostumbrado a estar con hombres y le era fácil fingir y engañar, como en lo demás.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
-Te he oído perfectamente, gatito -el demonio golpeó de nuevo el metal, que se hundió un poco más bajo su puño-. Si no estas loco, sal ahora mismo y lo solucionamos rápido. Ese neko no va a irse a ningún lado.. y menos contigo.
''¡Mierda! Maldita sea...'' pensó asustado, el asunto se estaba poniendo muy, pero que muy mal. Su mente era un caos que trataba de organizarse para buscar una solución a un problema que parecía no tenerla. Y menos cuando cada vez parecía ir teniendo menos escondite en el que esconderse. La fuerza de Bäel era increíble, y aterradora... vale, y también sexy, pero ahora no estaba para pensar en esas cosas.
Miró aterrorizado al demonio, tan erizado y tembloroso como el otro neko. Y hablando de él... estaba tan aterrorizado que no parecía poder moverse, si al menos no estuviera así podía huir con la conciencia limpia, esperando que aprovechara su oportunidad de escapar al igual que él, pero así... no podía dejarle así a merced del otro. Era un neko como él, un neko pequeño, debía tener la misma edad que los gemelos. Echaba de menos las travesuras que hacían esos pequeños.
-¿Por qué te has ido? ¿Por qué me has mentido? ¿Así es como agradeces las cosas? Estoy harto de tus mentiras -gruñó-. Seguro que incluso lo del callejón fue una mentira detrás de otra...
-Oh perdoname... yo creí que lo de mentir te gustaba... ¿o si era verdad eso del trabajo que pensabas conseguirme? - murmuró sarcástico, con la voz temblorosa por el miedo – ¿que tenias pensado? ¿usarme como una muñeca hinchable y venderme cuando te cansaras? Puede que me lo hiciera, pero no soy estúpido... y por cierto... si no te distes cuenta allí perdí bastante el control... bueno, no lo hiciste, porque te tragaste las mentiras después.
Sabía que probablemente estaba cavando su propia tumba, pero no podía evitarlo una vez abandonada su mascara, y quien sabe, si Bäel se cabreaba bastante podía ser que cometiera algún fallo y pudiera escapar, y con el demonio centrado en él, el otro neko tenia mayores oportunidades.
- Nyaa....
Se giró hacia el otro neko al escuchar su maullido, preocupado por el tono lastimero de este, dejando de vigilar al demonio por ello.
''¡Mierda! Maldita sea...'' pensó asustado, el asunto se estaba poniendo muy, pero que muy mal. Su mente era un caos que trataba de organizarse para buscar una solución a un problema que parecía no tenerla. Y menos cuando cada vez parecía ir teniendo menos escondite en el que esconderse. La fuerza de Bäel era increíble, y aterradora... vale, y también sexy, pero ahora no estaba para pensar en esas cosas.
Miró aterrorizado al demonio, tan erizado y tembloroso como el otro neko. Y hablando de él... estaba tan aterrorizado que no parecía poder moverse, si al menos no estuviera así podía huir con la conciencia limpia, esperando que aprovechara su oportunidad de escapar al igual que él, pero así... no podía dejarle así a merced del otro. Era un neko como él, un neko pequeño, debía tener la misma edad que los gemelos. Echaba de menos las travesuras que hacían esos pequeños.
-¿Por qué te has ido? ¿Por qué me has mentido? ¿Así es como agradeces las cosas? Estoy harto de tus mentiras -gruñó-. Seguro que incluso lo del callejón fue una mentira detrás de otra...
-Oh perdoname... yo creí que lo de mentir te gustaba... ¿o si era verdad eso del trabajo que pensabas conseguirme? - murmuró sarcástico, con la voz temblorosa por el miedo – ¿que tenias pensado? ¿usarme como una muñeca hinchable y venderme cuando te cansaras? Puede que me lo hiciera, pero no soy estúpido... y por cierto... si no te distes cuenta allí perdí bastante el control... bueno, no lo hiciste, porque te tragaste las mentiras después.
Sabía que probablemente estaba cavando su propia tumba, pero no podía evitarlo una vez abandonada su mascara, y quien sabe, si Bäel se cabreaba bastante podía ser que cometiera algún fallo y pudiera escapar, y con el demonio centrado en él, el otro neko tenia mayores oportunidades.
- Nyaa....
Se giró hacia el otro neko al escuchar su maullido, preocupado por el tono lastimero de este, dejando de vigilar al demonio por ello.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
En ese momento agradeció que Samy no lo estuviese mirando a la cara porque había sentido aquellas palabras como una certera patada en su estómago, por no decir en otra parte. Sí, él iba a hacer lo mismo, al menos al principio, pero luego se había olvidado por completo y no tenía intención de venderlo. Iba a dejar que estuviese con él y no como una mascota. Se sentía traicionado por dejar que otra persona se acercase a él.
Era su culpa, sin duda. Si hubiese pensado con la cabeza de arriba y no con la de abajo, todo habría salido a la perfección y no tendría que estar soportando ahora aquello. Retorció más el metal bajo su mano notando como se doblaba a su paso, incluso se cortó, pero ni siquiera le importaba en ese momento. Estaba enfurecido consigo mismo. Tanto que arrancó la tapa de una sola vez y la lanzó contra la pared de ladrillos de atrás, bastante a lejado del neko o del roedor que parecía haber terminado de exhalar su último aliento.
-No iba a venderte -siseó en voz baja-. No lo iba a hacer. Iba a dejar que vivieses en mi casa de verdad -golpeó de nuevo el contenedor, aunque ahora ni siquiera se fijaba en ninguno de los dos nekos. Deseaba partirse su propia cara, incluso las manos la temblaban para contenerse.
Era su culpa, sin duda. Si hubiese pensado con la cabeza de arriba y no con la de abajo, todo habría salido a la perfección y no tendría que estar soportando ahora aquello. Retorció más el metal bajo su mano notando como se doblaba a su paso, incluso se cortó, pero ni siquiera le importaba en ese momento. Estaba enfurecido consigo mismo. Tanto que arrancó la tapa de una sola vez y la lanzó contra la pared de ladrillos de atrás, bastante a lejado del neko o del roedor que parecía haber terminado de exhalar su último aliento.
-No iba a venderte -siseó en voz baja-. No lo iba a hacer. Iba a dejar que vivieses en mi casa de verdad -golpeó de nuevo el contenedor, aunque ahora ni siquiera se fijaba en ninguno de los dos nekos. Deseaba partirse su propia cara, incluso las manos la temblaban para contenerse.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Lo único que le impidió retroceder cuando Bäel arrancó la tapa y la mando a volar, fue el otro neko, que asustado, probablemente incluso más que él, se había colocado entre sus piernas. Esto era malo, muy malo. El demonio parecía bastante capaz de desmontar parte por parte el contenedor, y lo bastante enfadado para hacerlo.
-No iba a venderte -siseó en voz baja-. No lo iba a hacer. Iba a dejar que vivieses en mi casa de verdad
-No... mentira – murmuró con un nudo en la garganta. Esas palabras le habían hecho daño, porque realmente quería que fueran ciertas, que de verdad fueran sinceras – no ibas a dejarme vivir en tu casa, ibas a dejar que el gatito dulce y tierno lo hiciera, y ese no soy yo – susurró sintiendo que el nudo aumentaba – soy un vago que no sabe hacer otra cosa que dormir y comer a parte de engañar a la gente, muchas veces soy grosero y mal hablado, suelo meterme en bastantes líos, ese soy yo... ¿quien iba a querer a alguien así? - sollozó poniendo en palabras sus pensamientos.
No iba a cambiar por nadie, eso lo tenia claro, pero tampoco pensaba que alguien pudiera aguantarle por mucho tiempo, menos aun quererle a su lado.
- Nyaa... me da miedo.- Susurró.
Se limpió las lagrimas traicioneras, girando para ver al pequeño neko y acariciarle un poco la cabeza – tranquilo pequeño... esto no va contigo – susurró tratando de tranquilizarle.
-No iba a venderte -siseó en voz baja-. No lo iba a hacer. Iba a dejar que vivieses en mi casa de verdad
-No... mentira – murmuró con un nudo en la garganta. Esas palabras le habían hecho daño, porque realmente quería que fueran ciertas, que de verdad fueran sinceras – no ibas a dejarme vivir en tu casa, ibas a dejar que el gatito dulce y tierno lo hiciera, y ese no soy yo – susurró sintiendo que el nudo aumentaba – soy un vago que no sabe hacer otra cosa que dormir y comer a parte de engañar a la gente, muchas veces soy grosero y mal hablado, suelo meterme en bastantes líos, ese soy yo... ¿quien iba a querer a alguien así? - sollozó poniendo en palabras sus pensamientos.
No iba a cambiar por nadie, eso lo tenia claro, pero tampoco pensaba que alguien pudiera aguantarle por mucho tiempo, menos aun quererle a su lado.
- Nyaa... me da miedo.- Susurró.
Se limpió las lagrimas traicioneras, girando para ver al pequeño neko y acariciarle un poco la cabeza – tranquilo pequeño... esto no va contigo – susurró tratando de tranquilizarle.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
El demonio trataba de no mirar a Samy a la cara, pero fue imposible no hacerlo al oírle hablar. Algo en su interior se agitó al comprobar que algo de todo aquello había sido una mentira, al menos su actitud. Pero pronto se le pasó al ver aquella lágrima, ¿sería de verdad, o simplemente otra mentira más?
Sus manos apretaban el amasijo de hierros que previamente habían sido paredes lisas, y sabía que se estaba haciendo heridas en ellas, pero al menos estas le hacían ver que aquello era de alguna forma real; aunque fuese a través del dolor físico.
-¿Cómo puedes juzgar tan rápido lo que otra persona piensa? Si dices que no eres como te has mostrado hasta ahora, déjame conocerte y entonces podré juzgar yo mismo -tuvo que gruñir, haciéndose más daño en la mano, pero algo que odiaba más que las mentiras era que supiesen lo que el podría llegar a pensar o sentir. Aunque... siendo sinceros, ¿no estaba haciendo él lo mismo? Se daba más asco aún.
Vio a aquel neko temblar al verlo, y aunque no sintió nada en especial, sí que sentía que hubiese estado en medio de toda aquella vorágine que se creaba cuando se enfadaba.
Sus manos apretaban el amasijo de hierros que previamente habían sido paredes lisas, y sabía que se estaba haciendo heridas en ellas, pero al menos estas le hacían ver que aquello era de alguna forma real; aunque fuese a través del dolor físico.
-¿Cómo puedes juzgar tan rápido lo que otra persona piensa? Si dices que no eres como te has mostrado hasta ahora, déjame conocerte y entonces podré juzgar yo mismo -tuvo que gruñir, haciéndose más daño en la mano, pero algo que odiaba más que las mentiras era que supiesen lo que el podría llegar a pensar o sentir. Aunque... siendo sinceros, ¿no estaba haciendo él lo mismo? Se daba más asco aún.
Vio a aquel neko temblar al verlo, y aunque no sintió nada en especial, sí que sentía que hubiese estado en medio de toda aquella vorágine que se creaba cuando se enfadaba.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
-¿Cómo puedes juzgar tan rápido lo que otra persona piensa? Si dices que no eres como te has mostrado hasta ahora, déjame conocerte y entonces podré juzgar yo mismo
¿Que podía hacer? O más bien ¿que debía hacer? ¿debía intentarlo? ¿debía confiar en Bäel? Probablemente si, y de todas formas la otra opción, que era quedarse allí escondido hasta que el demonio le diera alcance, no parecía muy alentadora.
-Vale... vale... creo que tienes razón, te dejare conocerme – murmuró estirándose hacia la salida, quedándose parado solo asomando al sentir presa su pierna, reprimiendo un gemido de dolor al sentir las uñas clavarse en su carne – eh... pequeño... necesito que me sueltes...
¿Que podía hacer? O más bien ¿que debía hacer? ¿debía intentarlo? ¿debía confiar en Bäel? Probablemente si, y de todas formas la otra opción, que era quedarse allí escondido hasta que el demonio le diera alcance, no parecía muy alentadora.
-Vale... vale... creo que tienes razón, te dejare conocerme – murmuró estirándose hacia la salida, quedándose parado solo asomando al sentir presa su pierna, reprimiendo un gemido de dolor al sentir las uñas clavarse en su carne – eh... pequeño... necesito que me sueltes...
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Bäel dejó ir el hierro, que se quedó con una forma parecida a las de sus manos, y un ratro de sangre. Casi sin pensarlo se limpió en los costados, apartándose un poco. Aún parecía que estuviese como ido, y era así. En su interior no dejaba de batallar consigo mismo, y aún estaba sorprendido con lo agresivo que se había puesto.
Aquello era normal en él, pero ponerse así porque alguien lo abandonaba... parecía impensable. Y con ese gato ya había pasado dos veces. Le daban ganas de darle puñetazos a las paredes hasta intentar comprender qué mierdas le pasaba. Parecía tan patetico, al menos a sus ojos. Pero era verdad que quería conocerlo. El neko del callejón, el que se había dejado llevar, le había gustado. Lo demás estaba por ver.
Dio unos pasos atrás, sintiéndose perdido, y sus alas batiéndose unos instantes furiosamente hasta que se encogieron y desaparecieron. Otro gruñido escapó de entre sus labios.
-Sólo si queires... Yo tampoco soy perfecto, ¿sabes? Soy la peor escoria que puede existir en Searon. Pero de alguna forma hay que sobrevivir.
Aquello era normal en él, pero ponerse así porque alguien lo abandonaba... parecía impensable. Y con ese gato ya había pasado dos veces. Le daban ganas de darle puñetazos a las paredes hasta intentar comprender qué mierdas le pasaba. Parecía tan patetico, al menos a sus ojos. Pero era verdad que quería conocerlo. El neko del callejón, el que se había dejado llevar, le había gustado. Lo demás estaba por ver.
Dio unos pasos atrás, sintiéndose perdido, y sus alas batiéndose unos instantes furiosamente hasta que se encogieron y desaparecieron. Otro gruñido escapó de entre sus labios.
-Sólo si queires... Yo tampoco soy perfecto, ¿sabes? Soy la peor escoria que puede existir en Searon. Pero de alguna forma hay que sobrevivir.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Bien, el que se apartara un poco y guardara las alas le tranquilizó bastante, aunque las heridas en las manos y la sangre en sus costados le dio una idea de lo cabreado que había tenido que estar el demonio para herirse de esa forma. Bueno, esperaba que el uso del verbo en pasado fuera correcto y que ya no lo estuviera.
-Sólo si quieres... Yo tampoco soy perfecto, ¿sabes? Soy la peor escoria que puede existir en Searon. Pero de alguna forma hay que sobrevivir.
Se permitió una pequeña risa ante aquello - ¿me lo dices o me lo cuentas? Hey... ¿tienes idea de a cuantos tipos he tenido que timar para comer cada día? Ninguno de los dos somos unos santos, eso me queda claro – aseguró tratando nuevamente de salir de allí debajo, consiguiendo únicamente sacar la cabeza y los brazos antes de sentir como la presa en su pierna se apretaba, no pudiendo evitar esta vez un pequeño quejido.
- Nya.. no te vayas.
''¡Mierda! ¿que hago ahora?'' se preguntó así mismo, sin tener muy claro que podía hacer con el pequeño neko. No quería llevarlo con él, porque aun no tenia muy claro lo que iba a pasar con Bäel, pero tampoco tenia muchas ganas de dejarle allí, abandonado a su suerte. Bufó frustrado, con su cabeza hecha un lío y permaneciendo con la cabeza baja y los brazos estirados hacia adelante, sintiéndose atrapado en un encrucijada.
-Sólo si quieres... Yo tampoco soy perfecto, ¿sabes? Soy la peor escoria que puede existir en Searon. Pero de alguna forma hay que sobrevivir.
Se permitió una pequeña risa ante aquello - ¿me lo dices o me lo cuentas? Hey... ¿tienes idea de a cuantos tipos he tenido que timar para comer cada día? Ninguno de los dos somos unos santos, eso me queda claro – aseguró tratando nuevamente de salir de allí debajo, consiguiendo únicamente sacar la cabeza y los brazos antes de sentir como la presa en su pierna se apretaba, no pudiendo evitar esta vez un pequeño quejido.
- Nya.. no te vayas.
''¡Mierda! ¿que hago ahora?'' se preguntó así mismo, sin tener muy claro que podía hacer con el pequeño neko. No quería llevarlo con él, porque aun no tenia muy claro lo que iba a pasar con Bäel, pero tampoco tenia muchas ganas de dejarle allí, abandonado a su suerte. Bufó frustrado, con su cabeza hecha un lío y permaneciendo con la cabeza baja y los brazos estirados hacia adelante, sintiéndose atrapado en un encrucijada.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
El moreno tuvo que permitirse soltar un bufido que parecía un dejo de risa, aunque los extremos apenas se movieron. Estaba tenso, todos los músculos de su cuerpo así lo confirmaban, tanto que ahora era él el que no creía poder moverse. Al menos no muy certeramente durante algunos minutos.
Con pasos torpes se acercó y tomó a Samy por bajo los brazos, en un intendo de ayudarle a salir, hasta que volvió a percatarse de aquel pequeño neko.
-Me alegra que lo tengas claro.... Pero, ¿qué vas a hacer con eso neko, gatito? -sus ojos se desviaron a la figura encogida y que lo miraba con recelo y miedo. Seguramente con él ahí no se soltaría-. Creo que mi presencia no ayuda. ¿Fue por lo del ratón? -le preguntó directamente a Uli, y sus manos en contacto con la piel de Samy.
Con pasos torpes se acercó y tomó a Samy por bajo los brazos, en un intendo de ayudarle a salir, hasta que volvió a percatarse de aquel pequeño neko.
-Me alegra que lo tengas claro.... Pero, ¿qué vas a hacer con eso neko, gatito? -sus ojos se desviaron a la figura encogida y que lo miraba con recelo y miedo. Seguramente con él ahí no se soltaría-. Creo que mi presencia no ayuda. ¿Fue por lo del ratón? -le preguntó directamente a Uli, y sus manos en contacto con la piel de Samy.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Sacudió con enfado la cola, mirándole con el ceño ligeramente fruncido. ¿había estado apunto de reírse de él? Maldito demonio... si todo esto era por su culpa. Por él, por esas manos que sabían encenderle con solo su toque, como ahora, que solo con sujetarle le estaba haciendo olvidar todo el miedo que le había tenido hacia unos segundos.
-Me alegra que lo tengas claro.... Pero, ¿qué vas a hacer con eso neko, gatito? -sus ojos se desviaron a la figura encogida y que lo miraba con recelo y miedo. Seguramente con él ahí no se soltaría-. Creo que mi presencia no ayuda. ¿Fue por lo del ratón?
Eso era una buena pregunta ¿que hacer con el pequeño? No tenia la más minima idea, pero desde luego abandonarlo no le parecía una opción.
- Tengo hambre.
-Te conseguiremos algo de comer ¿verdad? - aseguró mirando suplicante a Bäel. No podía evitar querer ayudar al pequeño, primero porque se había metido en medio de todo el embrollo por su culpa, y segundo porque le recordaba demasiado a sus hermanos pequeños. Esperaba que el demonio se hubiera calmado bastante para concederle el capricho.
-Me alegra que lo tengas claro.... Pero, ¿qué vas a hacer con eso neko, gatito? -sus ojos se desviaron a la figura encogida y que lo miraba con recelo y miedo. Seguramente con él ahí no se soltaría-. Creo que mi presencia no ayuda. ¿Fue por lo del ratón?
Eso era una buena pregunta ¿que hacer con el pequeño? No tenia la más minima idea, pero desde luego abandonarlo no le parecía una opción.
- Tengo hambre.
-Te conseguiremos algo de comer ¿verdad? - aseguró mirando suplicante a Bäel. No podía evitar querer ayudar al pequeño, primero porque se había metido en medio de todo el embrollo por su culpa, y segundo porque le recordaba demasiado a sus hermanos pequeños. Esperaba que el demonio se hubiera calmado bastante para concederle el capricho.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
Tuvo que contener un suspiró al ver aquella mirada suplicante. Ahora que sabía que no le mentiría más y sería él mismo, seguía sintiéndose débil ante ella. Asintió lentamente mientras miraba al pequeño también, no sabiendo como tratarlo, pues nunca se le habían dado bien los mocosos. De ninguna raza.
-Buscaremos. Siento haber matado a tu presa -le dijo a Uli con voz calmada. Era profunda, pero ya no había en ella la agresividad de antes-. Ahora, cógete a Samy, ¿si? Voy a sacaros.
Y así lo hizo. Alzó los brazos y los sacó, bajándolo y formando un leve abrazo entre ellos, como una manera de decir perdón pero sin arriesgarse a ponerse en ridículo y avergonzárse así mismo. Por eso, casi al instante lo soltó y carraspeó, dándose la vuelta para ir donde estaba el roedor y limpiándose la sangre que manaba de las heridas en el abdomen.
Se puso de cuclillas frente al ratón y lo cogio por la cola, acercándoselo a la nariz para olerlo.
-No huele mal, ¿por qué no te lo comes? O, ¿prefieres que esté vivo?
-Buscaremos. Siento haber matado a tu presa -le dijo a Uli con voz calmada. Era profunda, pero ya no había en ella la agresividad de antes-. Ahora, cógete a Samy, ¿si? Voy a sacaros.
Y así lo hizo. Alzó los brazos y los sacó, bajándolo y formando un leve abrazo entre ellos, como una manera de decir perdón pero sin arriesgarse a ponerse en ridículo y avergonzárse así mismo. Por eso, casi al instante lo soltó y carraspeó, dándose la vuelta para ir donde estaba el roedor y limpiándose la sangre que manaba de las heridas en el abdomen.
Se puso de cuclillas frente al ratón y lo cogio por la cola, acercándoselo a la nariz para olerlo.
-No huele mal, ¿por qué no te lo comes? O, ¿prefieres que esté vivo?
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
-Buscaremos. Siento haber matado a tu presa -le dijo a Uli con voz calmada. Era profunda, pero ya no había en ella la agresividad de antes-. Ahora, cógete a Samy, ¿si? Voy a sacaros.
Bien, parece que si estaba más calmado, quizás hasta estaba haciendo bien en confiar en el demonio. Ya se vería. De momento los saco de ahí debajo, cosa que él, con el otro neko abrazado no habría podido. Le miro agradecido, mordiéndose los labio para evitar reírse cuando vio como carraspeaba y se daba la vuelta, en lo que a él le pareció un claro intento de disimular la vergüenza.
-No huele mal, ¿por qué no te lo comes? O, ¿prefieres que esté vivo?
Miró el ratón arrugando la nariz, apretando ligeramente la mano del neko en la suya, mirándole con una sonrisa amable – si quieres te podemos comprar algo... no tienes porque comerte ese ratón necesariamente, o si lo quieres pero luego te quedas con hambre también – le aseguró echando un breve vistazo de reojo a Bäel, esperando que no le contradijera.
-Y a ti hay que curarte eso... - murmuró mirando las manos del demonio con el ceño fruncido. Con todo lo que había pasado no se había fijado demasiado en las heridas, pero ahora se sentía preocupado por ellas. Se sentía como si estuviera otra vez entre sus hermanos pequeños, aunque con menos cantidad que antes. Siempre detrás de ellos para curarles cuando se hacían daño, o atendiendo a lo que necesitaban. Suspiro debatiéndose entre la pereza y la melancolía.
Bien, parece que si estaba más calmado, quizás hasta estaba haciendo bien en confiar en el demonio. Ya se vería. De momento los saco de ahí debajo, cosa que él, con el otro neko abrazado no habría podido. Le miro agradecido, mordiéndose los labio para evitar reírse cuando vio como carraspeaba y se daba la vuelta, en lo que a él le pareció un claro intento de disimular la vergüenza.
-No huele mal, ¿por qué no te lo comes? O, ¿prefieres que esté vivo?
Miró el ratón arrugando la nariz, apretando ligeramente la mano del neko en la suya, mirándole con una sonrisa amable – si quieres te podemos comprar algo... no tienes porque comerte ese ratón necesariamente, o si lo quieres pero luego te quedas con hambre también – le aseguró echando un breve vistazo de reojo a Bäel, esperando que no le contradijera.
-Y a ti hay que curarte eso... - murmuró mirando las manos del demonio con el ceño fruncido. Con todo lo que había pasado no se había fijado demasiado en las heridas, pero ahora se sentía preocupado por ellas. Se sentía como si estuviera otra vez entre sus hermanos pequeños, aunque con menos cantidad que antes. Siempre detrás de ellos para curarles cuando se hacían daño, o atendiendo a lo que necesitaban. Suspiro debatiéndose entre la pereza y la melancolía.
Samy- Cantidad de envíos : 57
Fecha de inscripción : 31/08/2009
Re:
El demonio dejó al ratoncito en la mano del pequeño, algo incómodo tanto por la mirada de Samy que parecía reñirle como por su preocupación. En cuanto el cuerpo del roedor tocó la palma de la mano, lo soltó y se apartó, volviendo a limpiarse la sangre en su estómago.
-Si no le gusta eso, sí... puedo buscar otro, vivo, si quiere. Pero si le apetece otra cosa, se lo compramos y punto... -se encogió de hombros, apenas lanzándole una mirada a Uli para ver cuál era su reacción, y casi a las últimas palabras del gatito, escondió sus manos trás la espalda, ahorrándose el decir que aquello no tenía importancia alguna. Era lo menos grave que se había hecho hasta la fecha.
Y, posiblemente, le incómodaba que después de tanto tiempo alguien se preocupase por él. Sus padres nunca lo habían hecho, por algo a la mínima lo habían abandonado al cuidado de sus abuelos; y estos... simplemente se habían alegrado cuando había conseguido un piso aparte en Lothan. Sí, una gran familia.
-Si no le gusta eso, sí... puedo buscar otro, vivo, si quiere. Pero si le apetece otra cosa, se lo compramos y punto... -se encogió de hombros, apenas lanzándole una mirada a Uli para ver cuál era su reacción, y casi a las últimas palabras del gatito, escondió sus manos trás la espalda, ahorrándose el decir que aquello no tenía importancia alguna. Era lo menos grave que se había hecho hasta la fecha.
Y, posiblemente, le incómodaba que después de tanto tiempo alguien se preocupase por él. Sus padres nunca lo habían hecho, por algo a la mínima lo habían abandonado al cuidado de sus abuelos; y estos... simplemente se habían alegrado cuando había conseguido un piso aparte en Lothan. Sí, una gran familia.
Bäel- Cantidad de envíos : 85
Fecha de inscripción : 31/08/2009
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