80gr de garras de demonio y 20gr de plumas de calandria (priv. Raven)

Sonrió interiormente, divertido ante la relajación del otro. Mejor así, una presa confiada era una presa fácil de atrapar, y no quería que se le dificultara demasiado la captura de este espécimen en concreto. Quería que llegara lo más intacto posible a la mansión, allí ya vería si seguía de esa forma o no.

-No... no quiero a otro, te quiero a ti – aseguró con firmeza y seriedad mientras cogía el papel – gracias, estaré aquí a primera hora – sonrió con cordialidad, pagando el importe y dando la vuelta tras una breve inclinación de cabeza, dispuesto a marcharse... por ahora.

El pelirrojo lo observó alzando una de sus finas cejas, pensando que aquél era el hombre más extraño que había conocido hasta ese momento. También era el más atractivo, y a la vez el más peligroso.

Suspiró aliviado al verlo irse, asumiendo que sólo habría dicho eso para asustarlo. Pues lo tenía claro, él no se amedrentaba ante nada, y aunque no fuese muy fuerte si tenía bastante resistencia. Guardó las bolsas bajó el mostrador, recogiendo el dinero. Su abuelo apareció en aquel momento, como si hubiese adivinado que el híbrido ya se había ido.

-¿Todo bien?

-Sí. Aquí están los brebajes que necesita para mañana. Ya lo ha pagado todo -dejó las monedas en las manos de la mujer, pasando por su lado.

La mujer lo siguió con la mirada, frunciendo levemente el ceño.

-¿No ha pasado nada de nada? Se veía un hombre extraño...

-No, tranquila. Creo que simplemente se cree muy importate... -se rió, yendo a la parte trasera de la tienda. Sí que se lo creía, por como lo había tratado de esa manera, asumiendo que aceptaría. Aunque también pensando, con un ligero escalofrío, que con aquellas 'obras de arte', era difícil estar en el anonimato-. Nada que no pueda manejar -añadió, más por convencerse a sí mismo que a su abuela, que sólo lo miró escéptica.