Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
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Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Tuvo que lamerse sus propios labios y separarse un poco para poderle contestar, eso si, sin dejar de sentir que su garganta no quería cooperar. Esta sólo quería sangre, y ya. Nada de hablar, nada de palabras intermedias a lo que glorioso que iba a llegar luego. Estaba tan ansiosa como él mismo, pero debía calmarse.
Había llegado a matar alguna vez a alguien cuando no se había controlado, pero ahora que se daba cuenta, no era ni la mitad de por lo que estaba pasando ahora. Aquella sangre lo tenía un montón de veces más revolucionado, y entre toda la vulnerabilidad y asco (hacia sí mismo) que sentía, se sintió un poco orguloso de sí mismo al haber sido capaz de aguantar tanto sin saltar ni despedazar. Sobre todo por una sangre por la cual sería capaz de eso y de más.
-No es.... no es.... no es eso.... -volvió a gruñir, procurando no mirarle ni a la cara ni a la boca, simplemente miraba una zona entre el cuello y el hombro-. Es diferente.... tu.... tu sangre es diferente... Yo... ¡AH! -jadeó, estaba en su límite.
Sentía que todas las veces anteriores que había bebido de alguien había sido una autentica perdida de tiempo, y se odiaba aún más por ello. Y si pensaba con la cabeza, o con la poca que le hacía caso en ese momento, si seguía por el camino sembrado por el caído, quizás pudiese beber de su sangre. Quizás pudiese acercarse más y conseguirla cuando quisiese.... quizás...
-Tengo hambre...
Había llegado a matar alguna vez a alguien cuando no se había controlado, pero ahora que se daba cuenta, no era ni la mitad de por lo que estaba pasando ahora. Aquella sangre lo tenía un montón de veces más revolucionado, y entre toda la vulnerabilidad y asco (hacia sí mismo) que sentía, se sintió un poco orguloso de sí mismo al haber sido capaz de aguantar tanto sin saltar ni despedazar. Sobre todo por una sangre por la cual sería capaz de eso y de más.
-No es.... no es.... no es eso.... -volvió a gruñir, procurando no mirarle ni a la cara ni a la boca, simplemente miraba una zona entre el cuello y el hombro-. Es diferente.... tu.... tu sangre es diferente... Yo... ¡AH! -jadeó, estaba en su límite.
Sentía que todas las veces anteriores que había bebido de alguien había sido una autentica perdida de tiempo, y se odiaba aún más por ello. Y si pensaba con la cabeza, o con la poca que le hacía caso en ese momento, si seguía por el camino sembrado por el caído, quizás pudiese beber de su sangre. Quizás pudiese acercarse más y conseguirla cuando quisiese.... quizás...
-Tengo hambre...
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan lo observó sin saber bien que ahcer, con las manos pegadas a los costados. Ya no sentía tanto miedo, más bien sentía lástima del vampiro. Jadeaba, y su expresión podía mostrar perfectamente el momento dificil por el que estaba pasando. Había oido miles de veces que uno de los mayores sufrimientos era la sed de un vampiro. No lo sabía exactamente, pero por como lo estaba viendo, parecía ser que si.
¿Qué podía hacer? Aquella voz le sonó incluso suplicante... ¿Cómo iba a negarse? Pero aquello le aterraba ¿Y si el vampiro no se podía detener? ¿Y si lo drenaba, o lo destrozaba alli mismo, en ese callejon? No se conocían.
Pero lo volvió a mriar sintiendo otra vez esa punzada de lástima, remordimiento. No podía dejar allí a un ser muerto de hambre, aunque fuera ese vampiro desagradable que le había fastidiado la noche. Al fin y al cabo a Lyan le hubiera gustado que hicieran lo mismo que él iba a hacer.
- P-puedes morderme..- Murmuró bajando la mirada, con cierta nota de miedo en su voz.- Pero sólo un poco... hasta que te sientas mejor.- DIjo al fin. Total, su cuello ya estaba herido, al igual que su boca. ¿Qué más daba un par de heridas más?
¿Qué podía hacer? Aquella voz le sonó incluso suplicante... ¿Cómo iba a negarse? Pero aquello le aterraba ¿Y si el vampiro no se podía detener? ¿Y si lo drenaba, o lo destrozaba alli mismo, en ese callejon? No se conocían.
Pero lo volvió a mriar sintiendo otra vez esa punzada de lástima, remordimiento. No podía dejar allí a un ser muerto de hambre, aunque fuera ese vampiro desagradable que le había fastidiado la noche. Al fin y al cabo a Lyan le hubiera gustado que hicieran lo mismo que él iba a hacer.
- P-puedes morderme..- Murmuró bajando la mirada, con cierta nota de miedo en su voz.- Pero sólo un poco... hasta que te sientas mejor.- DIjo al fin. Total, su cuello ya estaba herido, al igual que su boca. ¿Qué más daba un par de heridas más?
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Caleb se sintió vencedor al oír como se había tragado aquello. No le importaba si acababa descubriéndole o si se arrepentía en el último momento; ahora ya le había dicho que sí y pensaba disfrutar de aquello al máximo.
Sus boca clamaba ya por aquel líquido, y sus colmillos se clavaban ansiosos. Alzó sus ojos rojos para mirarlo, lamiéndose los labios de nuevo. No le hubiese importado conseguirla de la boca del otro, pero ya que le ofrecía su cuello sería mucho mejor. Observó con placer las heridas que le había hecho hacia unos minutos, y se inclinó para arañarlas con menor fuerza y dejar que la sangre manara de ellas para recogerlas con su lengua rosada que por momentos se volvía del mismo color que el líquido que recogía con tanto deleite.
Las manos seguían en el cuello, como si fuese una señal de que el único que llevaba la voz cantante ahí era él y nadie más, aunque ni siquiera las había movido, a pesar de temblaban aún a causa del placer contenido. Incluso observó los moratones que empezaban a perfilarse con alegría. Aquello lo había hecho él y aquel era su cuello.
Sus boca clamaba ya por aquel líquido, y sus colmillos se clavaban ansiosos. Alzó sus ojos rojos para mirarlo, lamiéndose los labios de nuevo. No le hubiese importado conseguirla de la boca del otro, pero ya que le ofrecía su cuello sería mucho mejor. Observó con placer las heridas que le había hecho hacia unos minutos, y se inclinó para arañarlas con menor fuerza y dejar que la sangre manara de ellas para recogerlas con su lengua rosada que por momentos se volvía del mismo color que el líquido que recogía con tanto deleite.
Las manos seguían en el cuello, como si fuese una señal de que el único que llevaba la voz cantante ahí era él y nadie más, aunque ni siquiera las había movido, a pesar de temblaban aún a causa del placer contenido. Incluso observó los moratones que empezaban a perfilarse con alegría. Aquello lo había hecho él y aquel era su cuello.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan cerró los ojos cuando lo sintió acercarse a su cuello, el aliento frío del vampiro se derramó sobre él y eso le hizo estremecerse y su labio inferior tembló. Se aferró con sus manos a su propia camiseta, esperando no sin miedo y fue entonces cuando sintió los colmillos rasgar un poco más la herida ya abierta. Siseó ante el dolor, aunque era soportable.
Notaba la espondjosa y fría lengua lamerle el cuello, recogiéndole la sangre, empapándole con su saliva y friccionando contra la herida.
Las manos le temblaban y no podía evitar esperar inconscientemente el momento en que aquel vampiro perdiera el control así que casi más por seguridad que por otra cosa,apoyó sus manos en la cintura del desconocido por si llegaba el momento de tener que apartarle.
Notaba la espondjosa y fría lengua lamerle el cuello, recogiéndole la sangre, empapándole con su saliva y friccionando contra la herida.
Las manos le temblaban y no podía evitar esperar inconscientemente el momento en que aquel vampiro perdiera el control así que casi más por seguridad que por otra cosa,apoyó sus manos en la cintura del desconocido por si llegaba el momento de tener que apartarle.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
El castaño apenas fue consciente del nuevo peso en su cintura, simplemente lamía la sangre como si de un burdo gato o perro se tratase. Quizás tener tantos animales le estaba afectando, quizás cuando los estrangulaba lentamente un pedacito de su espíritu se colaba silenciosamente dentro suyo y suplía un trozo de su casi inexistente alma. Por eso seguramente se encontraba lamiendo con devoción las heridas y la sangre. Aquello debía escocer, y le provocaba más placer.
Se acercó un poco más y recostó su pecho contra el del otro, notando apenas como sus caderan compartían un toque.
No sabía si morderle ya, o seguir con aquello. Quería que durase bastante, por eso no se sentía capaz de hincar sus colmillos en la carne morena. Quería degustarlo lentamente, siempre le habían dicho que era la mejor manera, y por una vez quería comprobarlo.
Él era de los que hasta ese momento había acorralado, desgarrado, mordido y pateado a quien fuese, sin preocupación alguna.
Se acercó un poco más y recostó su pecho contra el del otro, notando apenas como sus caderan compartían un toque.
No sabía si morderle ya, o seguir con aquello. Quería que durase bastante, por eso no se sentía capaz de hincar sus colmillos en la carne morena. Quería degustarlo lentamente, siempre le habían dicho que era la mejor manera, y por una vez quería comprobarlo.
Él era de los que hasta ese momento había acorralado, desgarrado, mordido y pateado a quien fuese, sin preocupación alguna.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan sí que fue consciente de aquel acercamiento, de que el cuerpo del vampiro se había pegado por completo al suyo. Se preguntó si el otro no se enteraba de que aquello era bastante comprementedor, aunque en realidad estaba bebiendo su sangre, que tampoco era algo muy normal. Supuso que no tendría la menor importancia pero aún así se puso nervioso ante la cercanía.
El cuello le escocía por culpa del roce continuo de la lengua del otro así que trató de pensar en otra cosa.
Lo primero que se le ocurrió pensar fue que cuánto tiempo hacía que nadie se le acercaba tanto. Sin contar el pequeño nekito inocente, hacía años que no sentía el contacto de otro cuerpo contra el suyo... décadas. Al menos en lo referente al contacto con otro hombre. Otro hombre atractivo, que le había lamido los labios y ahora lamía su cuello casi con devoción...
Apretó la mandíbula y los músculos de su cuello se tensaron, riñéndose mentalmente por pensar algo como aquello en un momento así. El vampiro sólo se estaba alimentando, punto. Y él, como buen samaritano, le dejaba hacerlo.
Y aún así, aunque se repitiera aquello constantemente, su cuerpo se había tensado y sus manos se habían anclado con más fuerza en las caderas del otro. Su respiración aumentó el ritmo.
El cuello le escocía por culpa del roce continuo de la lengua del otro así que trató de pensar en otra cosa.
Lo primero que se le ocurrió pensar fue que cuánto tiempo hacía que nadie se le acercaba tanto. Sin contar el pequeño nekito inocente, hacía años que no sentía el contacto de otro cuerpo contra el suyo... décadas. Al menos en lo referente al contacto con otro hombre. Otro hombre atractivo, que le había lamido los labios y ahora lamía su cuello casi con devoción...
Apretó la mandíbula y los músculos de su cuello se tensaron, riñéndose mentalmente por pensar algo como aquello en un momento así. El vampiro sólo se estaba alimentando, punto. Y él, como buen samaritano, le dejaba hacerlo.
Y aún así, aunque se repitiera aquello constantemente, su cuerpo se había tensado y sus manos se habían anclado con más fuerza en las caderas del otro. Su respiración aumentó el ritmo.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Caleb se movió un poco incómodo al sentir las manos tensarse en su cadera, pero supuso que sería el miedo o algo así. Pues la llevaba clara el caído si pensaba que iba a dejar que se fuese con esa sangre tan intoxicante a otra parte. O con ese corte en el labio que ahora le encontraba más divertidas posibilidades, o las heridas en el cuello que sólo le provocaban crear más y más.
Que se fuese preparando aquél pajarraco con bolsas como alas, porque aquella sangre iba a estar en su boca y envolviendo su lengua en ese momento y ese lugar si o sí.
Adelantó su rodilla en un intento de acercarse más mientras hacía un corte algo más profundo en el cuello y sus labios se cerraban entorno a la herida, bebiendo con ellos o a lametazos.
Que se fuese preparando aquél pajarraco con bolsas como alas, porque aquella sangre iba a estar en su boca y envolviendo su lengua en ese momento y ese lugar si o sí.
Adelantó su rodilla en un intento de acercarse más mientras hacía un corte algo más profundo en el cuello y sus labios se cerraban entorno a la herida, bebiendo con ellos o a lametazos.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan gimió alte aquel nuevo corte, que le pilló desprevenido por estar divagando. Aquel había dolido más que los anteriores, bastante más. Como respuesta, sus manos lo apretaron más mientras mantenía tensa la mandíbula y los ojos cerrados.
La boca del vampiro ahora le parecía más cálida que antes pero le hacía daño así que no pudo hacer otra cosa que jadear, echando la cabeza un poco para abajo.
Sentía la pierna del otro colocada entre las suyas, pegándose ya por completo a sí mismo pero el dolor le había quitado las anteriores ideas al menos por algunos minutos.
La boca del vampiro ahora le parecía más cálida que antes pero le hacía daño así que no pudo hacer otra cosa que jadear, echando la cabeza un poco para abajo.
Sentía la pierna del otro colocada entre las suyas, pegándose ya por completo a sí mismo pero el dolor le había quitado las anteriores ideas al menos por algunos minutos.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Estaba completamente centrado en aquel nuevo corte, jadeando contra la piel que se notaba más y más tensa. Las venas que se perfilaban en el cuello lo encendían más, sí, porque aquella sangre lo volvía demasiado loco. Más de lo que de normal lo llamaban, y no sólo por la sangre, sino por andar estrangulando todo lo que pillaba a su paso.
Bajó la lengua por toda la extensión, subiendo mientras seguía una de las venas que parecía más hinchada que las demás. Su aliento golpeaba la piel humedecida, mientras sus colmillos lo acompañaban creando más pequeños cortes. Le daban ganas de morder justo en esa vena, debia tener mucha sangre, y estaría deliciosa y caliente. Tal y como empezaba a estar él.
Se movió un poco más, terminando por acomodarse en el pecho mientrs veía hacía ese tentador mentón o los ojos cerrados. Sonrió levemente, pensando que tenía el control absoluto. Y ahora que estaba tan cerca, ni siquiera notaba su apestoso olor, sólo el de la sangre. Y aquel sí le gustaba.
Bajó la lengua por toda la extensión, subiendo mientras seguía una de las venas que parecía más hinchada que las demás. Su aliento golpeaba la piel humedecida, mientras sus colmillos lo acompañaban creando más pequeños cortes. Le daban ganas de morder justo en esa vena, debia tener mucha sangre, y estaría deliciosa y caliente. Tal y como empezaba a estar él.
Se movió un poco más, terminando por acomodarse en el pecho mientrs veía hacía ese tentador mentón o los ojos cerrados. Sonrió levemente, pensando que tenía el control absoluto. Y ahora que estaba tan cerca, ni siquiera notaba su apestoso olor, sólo el de la sangre. Y aquel sí le gustaba.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan respiró hondo y volvió a cerrar los labios, respiranco entonces con fuerza por la nariz. Sus labios temblaban un poco y sus manos aferraban las caderas con fuerza. Aquella lengua que le recorría el cuello se le antojo estúpidamente sensual y tuvo que reprenderse a sí mismo una vez más. Pero es que el no tenía la culpa de que el vello de su nuca hubiera querido erizarse bajo aquella seductora caricia, o de que su cuerpo hubiera aumentado la temperatura sin haberle preguntado antes a su dueño.
Entreabrió los ojos para mirar al vampiro, con las mejillas un poco rojas, y se movió cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a otra, incómodo por su cuerpo semi encendido. No le gustaría que el vampiro notase aquello.
Entreabrió los ojos para mirar al vampiro, con las mejillas un poco rojas, y se movió cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a otra, incómodo por su cuerpo semi encendido. No le gustaría que el vampiro notase aquello.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Pero Caleb estaba demasiado concentrado en marcas y lamer las heridas del cuello. Incluso había llegado hasta el mentón que sus ojos no querías dejar de mirar y lamió la sangre seca de allí, haciendo una nueva herida. Sus labios recibieron la sangre con gusto, y su garganta parecía querer estallar de alegría después de tanto tiempo recibiendo sangre que se podía considerar como mediocre.
Además, su cuerpo cada vez se balanceaba más cerca del de el otro. Ahora que atacaba su barbilla, sus caderas no dejaban de chocar ocasionalmente. Caleb ni siquiera era consciente de la sangre que se estaba acumulando bajo sus pantalones, ni del movimiento. Simplemente disfrutaba, olvidándose del resto.
-Puedo...puedo morder... -preguntó con un hilo de voz. Había aprendido que con una cara bien puesta, el otro podía concederle hasta un colchón en su casa.
Además, su cuerpo cada vez se balanceaba más cerca del de el otro. Ahora que atacaba su barbilla, sus caderas no dejaban de chocar ocasionalmente. Caleb ni siquiera era consciente de la sangre que se estaba acumulando bajo sus pantalones, ni del movimiento. Simplemente disfrutaba, olvidándose del resto.
-Puedo...puedo morder... -preguntó con un hilo de voz. Había aprendido que con una cara bien puesta, el otro podía concederle hasta un colchón en su casa.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Los nervios del moreno aumentaban por momentos, no solo por las diversas heridas que el vampiro repartía por su mentón, acercándose peligrosamente a sus labios. Aquello lo hizo entreabrirlos, trémulos, mientras sentía el roce del cuerpo del otro contra el suyo. ¿De verdad no se daba cuenta de lo que hacía? Era imposible que no hubiera notado nada. De hecho, él mismo podía notar cierto bulto en el pantalón del desconocido, notando que estaba semierecto.
Cuando escuchó su voz practicamente emitió un pequeño jadeo. El vampiro no había especificado el lugar pero por la dirección de sus ojos, que ahora se posaban en la herida de su labio, podía deducir donde.
Ya le daba igual, más tarde se arrepentiría por acabar con la cara, el cuerpo y el cuello lleno de heridas pero en ese momento no le importo. Aún cuando aquello doliera, por qué negarlo, era excitante. Su cuerpo reaccionaba solo.
- ¿Los labios? - Murmuró sin pensar.
Cuando escuchó su voz practicamente emitió un pequeño jadeo. El vampiro no había especificado el lugar pero por la dirección de sus ojos, que ahora se posaban en la herida de su labio, podía deducir donde.
Ya le daba igual, más tarde se arrepentiría por acabar con la cara, el cuerpo y el cuello lleno de heridas pero en ese momento no le importo. Aún cuando aquello doliera, por qué negarlo, era excitante. Su cuerpo reaccionaba solo.
- ¿Los labios? - Murmuró sin pensar.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
El castaño lo miró con sus ojos rojos llenos de duda. ¿Sus labios? ¿Cuándo los había nombrado él? Pero ahora que pensaba, de lo ansioso que se sentía tampoco había especificado lugar. Y pensar en aquellos labios llenos de sangre, era algo bastante tentador. Era el primer lugar donde había probado su sangre, y podría, quizás, saborearla de nuevo mientras sus lenguas batallaban. Aquello sería demasiado, sí.
Jadeó dolorosamente, asintiendo sin dejar de verlo. Su rodilla se movió entre las piernas del otro, seguida de sus caderas, donde cierto bulto había dado un respingo ante su buena imaginación.
Primero la probaría de sus labios, pero después... aquel cuello moreno no iba a salvarse.
Acercó sus labios a los del otro y los besó superficialmente, notando como uno de sus colmillos abría la herida de nuevo, y estos se bañaban junto con su lengua. Quería más y más de aquello.
Jadeó dolorosamente, asintiendo sin dejar de verlo. Su rodilla se movió entre las piernas del otro, seguida de sus caderas, donde cierto bulto había dado un respingo ante su buena imaginación.
Primero la probaría de sus labios, pero después... aquel cuello moreno no iba a salvarse.
Acercó sus labios a los del otro y los besó superficialmente, notando como uno de sus colmillos abría la herida de nuevo, y estos se bañaban junto con su lengua. Quería más y más de aquello.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan gimió casi inaudiblemente ante aquel movimiento que le presionó la entrepierna. Aquello había sido más que intencionado, estaba seguro, y el solo pensamiento le hizo jadear. Desde luego, hacía décadas que no sentía aquello: el deseo, la excitación, otro cuerpo caliente al que rodear con sus brazos...
Mantuvo la mirada del vampiro mientras este se le acercaba jadeante y sintió el suave beso, pero no lo correspondió pues le había cogido casi por sorpresa. Lo esperado llegó despues, cuando aquellos afilados y perlados colmillos rasgaron su labio inferior aun más, haciendole gemir de dolor en los labios del otro.
Mantuvo la mirada del vampiro mientras este se le acercaba jadeante y sintió el suave beso, pero no lo correspondió pues le había cogido casi por sorpresa. Lo esperado llegó despues, cuando aquellos afilados y perlados colmillos rasgaron su labio inferior aun más, haciendole gemir de dolor en los labios del otro.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
El dolor en la cara del otro creo un remolino de regocijo en su estómago, a la par que lo encendió más. Su rodilla se movía lentamente. Aunque hacia minutos que había notado aquella zona, sólo ahora le daba por ''atacarla'' en serio. No sabía ni por qué lo hacía. En realidad sólo debería importarle el cuello y ya, pero ahí estaba, torturando el resto del cuerpo.
Las manos en el cuello se tensaron un poco cuando al fin su lengua se hizo paso en la boca arrastrándolo algo de sangre que lo intoxicaba. Parecía que iba a arrasar todo lo que había ahí dentro, y sus colmillos chocaban con los dientes y los labios del otro, provocando que más sangre se compartiese en aquel beso.
Las manos en el cuello se tensaron un poco cuando al fin su lengua se hizo paso en la boca arrastrándolo algo de sangre que lo intoxicaba. Parecía que iba a arrasar todo lo que había ahí dentro, y sus colmillos chocaban con los dientes y los labios del otro, provocando que más sangre se compartiese en aquel beso.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan jadeaba mientras la rodilla de Caleb frotaba su miembro ya erecto del todo y pulsante. ¿Cómo era posible estar excitado en una situación dolorosa como aquella? No era capaz de asimilarlo, pero su cuerpo respondía al roce del vampiro casi en el acto.
Su respiración y el pulso se agitó aun más cuando el desconocido introdujo su lengua en la boca, era algo que no se esperaba pero enseguida respondió, ávido de contacto. Era un beso que sabía a metal, a sangre, pero no le importaba. El mismo se estaba hiriendo al buscar la lengua del castaño con tanta urgencia y gemía en sus labios cada vez que los colmillos le cortaban.
Una de sus manos aún apretaba la cadera del vampiro pero la otra ya había pasado a su espalda, congiendo más confianza para acariciar el terreno desconocido.
Su respiración y el pulso se agitó aun más cuando el desconocido introdujo su lengua en la boca, era algo que no se esperaba pero enseguida respondió, ávido de contacto. Era un beso que sabía a metal, a sangre, pero no le importaba. El mismo se estaba hiriendo al buscar la lengua del castaño con tanta urgencia y gemía en sus labios cada vez que los colmillos le cortaban.
Una de sus manos aún apretaba la cadera del vampiro pero la otra ya había pasado a su espalda, congiendo más confianza para acariciar el terreno desconocido.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Le entraban ganas de removerse ante el toque de aquella mano, pero porque quería sentirla bajo su camisa, que recorriera toda la extensión de la espalda; y posiblemente, si iba más adelante y se topaba con su mediana montañita, que se la frotase sin parar.
Los jadeos que soltaba se perdían en la boca de Lyan, y él no iba a protestar cuando faltase el aire. De momento estaba disfrutando al máximo del beso, el sabor metálico lo traía loco y en su garganta se sentía genial mezclado con la saliva, y la lengua del otro no dejaba de llamarle. Por otro lado, su rodilla no perdía detalle del bulto frotaba. Se sentía duro y sobre todo grande. Le daban ganas de bajar una de sus manos allí, pero de momento bajo ambas manos hasta el pecho del caído, acariciándolo por sobre la tela de la camisa.
En un arranque, se empujó más contra el otro para hundirse más en su boca.
Los jadeos que soltaba se perdían en la boca de Lyan, y él no iba a protestar cuando faltase el aire. De momento estaba disfrutando al máximo del beso, el sabor metálico lo traía loco y en su garganta se sentía genial mezclado con la saliva, y la lengua del otro no dejaba de llamarle. Por otro lado, su rodilla no perdía detalle del bulto frotaba. Se sentía duro y sobre todo grande. Le daban ganas de bajar una de sus manos allí, pero de momento bajo ambas manos hasta el pecho del caído, acariciándolo por sobre la tela de la camisa.
En un arranque, se empujó más contra el otro para hundirse más en su boca.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan volvió a gemir en sus labios, ladeando un poco la cabeza para poder profundizar aún más aquel beso desenfrenado y sangriento. Estaba fuera de sí, ese no era él mismo.
"Lyan, ¿Qué cojones estas haciendo?" Se reprendía mentalmente pero su cuerpo seguía sin querer obedecerle. Como respuesta de rebeldía sus manos recorrieron la espalda, de arriba a abajo, atreviéndose a acariciar los glúteos superficialmente, de una manera fugaz pues enseguida subió otra vez.
Se separó del vampiro unos segundos para tomar aire y descansar, pues aquellos colmillos le estaban destrozando la lengua.
"Lyan, ¿Qué cojones estas haciendo?" Se reprendía mentalmente pero su cuerpo seguía sin querer obedecerle. Como respuesta de rebeldía sus manos recorrieron la espalda, de arriba a abajo, atreviéndose a acariciar los glúteos superficialmente, de una manera fugaz pues enseguida subió otra vez.
Se separó del vampiro unos segundos para tomar aire y descansar, pues aquellos colmillos le estaban destrozando la lengua.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Caleb respiraba agitadamente, pasando su lengua por sus dientes y luego por sus labios, relamiéndose mientras su voz parecía perdida en algún rincón de su garganta. Sus manos aferraban los pectorales del otro, como anclándose a ellos y sus ojos no dejaban los del otro. Lo miraba fijamente, con el ceño fruncido, como si estuviese molesto cuando en realidad simplemente le frustraba que hubiese parado.
Aquel toque en sus nalgas, lo había sorprendido, pero no disgustado. Por él como si hubiese metido las manos bajo los pantalones y se lo hubiese tirado ahí. Odiaba como sonaba aquello, pero era como se estaba sintiendo en aquel momento. Su piel ardía, pero no tanto como la del otro, su cadera parecía estar en fuego, su polla palpitaba como si tuviese vida propia... y su cabeza simplemente estaba embotada, como si estuviese borracho cuando en realidad ni siquiera había pegado un trago a la bebida.
Movió la rodilla 'inocentemente', apoyando su bulto contra el muslo del otro apenas un isntante.
-¿Te... disgusta? -preguntó cuando pudo recuperar algo el aliento. No era algo que le preocupase, pero quería saber que pensaba el otro. Apoyó su frente en el hombro del otro, acoplándose del todo contra el otro, sonriendo de lado en aquella posición.
Aquel toque en sus nalgas, lo había sorprendido, pero no disgustado. Por él como si hubiese metido las manos bajo los pantalones y se lo hubiese tirado ahí. Odiaba como sonaba aquello, pero era como se estaba sintiendo en aquel momento. Su piel ardía, pero no tanto como la del otro, su cadera parecía estar en fuego, su polla palpitaba como si tuviese vida propia... y su cabeza simplemente estaba embotada, como si estuviese borracho cuando en realidad ni siquiera había pegado un trago a la bebida.
Movió la rodilla 'inocentemente', apoyando su bulto contra el muslo del otro apenas un isntante.
-¿Te... disgusta? -preguntó cuando pudo recuperar algo el aliento. No era algo que le preocupase, pero quería saber que pensaba el otro. Apoyó su frente en el hombro del otro, acoplándose del todo contra el otro, sonriendo de lado en aquella posición.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan volvió a gemir en voz baja ante aquel roce, notando el estado de Caleb, estaba tan empalmado como él.
No pudo contenerse y volvió a bajar sus manos, apretando las nalgas del vampiro del cual ni si quiera sabía el nombre. Las masajeó a su antojo, sintiendo su pene pulsar aún más, urgido e inflamado.
-¿Te... disgusta?
La sonrisa del otro era increíble, y la sangre combinaba a la perfección con aquella piel blanquecina.
En un principio se sintió incapaz de respobder y cuando lo hizo fue con una voz gutural y jadeante, pues sentía la garganta áspera.
- No...- Murmuró en voz baja, en un susurro.- Pero... ni si quiera se como te llamas.
No pudo contenerse y volvió a bajar sus manos, apretando las nalgas del vampiro del cual ni si quiera sabía el nombre. Las masajeó a su antojo, sintiendo su pene pulsar aún más, urgido e inflamado.
-¿Te... disgusta?
La sonrisa del otro era increíble, y la sangre combinaba a la perfección con aquella piel blanquecina.
En un principio se sintió incapaz de respobder y cuando lo hizo fue con una voz gutural y jadeante, pues sentía la garganta áspera.
- No...- Murmuró en voz baja, en un susurro.- Pero... ni si quiera se como te llamas.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Caleb lo miraba desde allí, lamiéndose los labios mientros escuchaba lo último. Su respiración se había normalizado un poco, pero seguía respirando por la boca.
-Yo tampoco sé como te llamas tú... -le recriminó de vuelta, conteniéndose para no sonreír de lado. Sacó la lengua y la pasó por el trozo de clavícula al que alcanzaba, deteniéndose cuando estaba a punto de lamer la camisa-. Me llamo... Caleb...
Su cuerpo se movía bajo el toque de las manos del otro, casi reculando y con ello frotándose contra el otro cuerpo. Un suspiró largo escapó de entre sus labios manchados, ya que al querer rozar más la polla del otro con su rodilla, la suya propia había sido aplastada por el muslo del moreno.
-Yo tampoco sé como te llamas tú... -le recriminó de vuelta, conteniéndose para no sonreír de lado. Sacó la lengua y la pasó por el trozo de clavícula al que alcanzaba, deteniéndose cuando estaba a punto de lamer la camisa-. Me llamo... Caleb...
Su cuerpo se movía bajo el toque de las manos del otro, casi reculando y con ello frotándose contra el otro cuerpo. Un suspiró largo escapó de entre sus labios manchados, ya que al querer rozar más la polla del otro con su rodilla, la suya propia había sido aplastada por el muslo del moreno.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Lyan no se perdía ni un solo gesto, los seguía casi con ansiedad mientras notaba su mente aún embotonada. Parecía que toda su sangre se hallaba concentrada abajo, mucho más abajo.
Quiso contestarle pero la presión de aquella rodilla, aplastandole deliciosamente la polla le hizo gemir en los labios de Caleb. Como contestación apretó más sus muslos, casi clavando sus dedos en ellos.
- Yo soy Lyan...- Balbuceó sin poder contenerse más, comenzando a colar una de sus manos dentro del pantalón para acariciar aquellas nalgas directamente.
Quiso contestarle pero la presión de aquella rodilla, aplastandole deliciosamente la polla le hizo gemir en los labios de Caleb. Como contestación apretó más sus muslos, casi clavando sus dedos en ellos.
- Yo soy Lyan...- Balbuceó sin poder contenerse más, comenzando a colar una de sus manos dentro del pantalón para acariciar aquellas nalgas directamente.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Caleb se estremeció, soltando el aire costosamente al sentir donde se habían posado las manos del moreno. Casi podía jurar que le había leído el pensamiento, o quizás tenía tantas ganas como él. Qué eso es lo que parecía por como su amiguita respondía, o por su dureza.
Le besó, conteniendo un gruñido por los dedos, frotando más la polla del otro con toda la intención ya, y mucho más rápido. La suyo propia también la arrastraba por el muslo ajeno, sintiéndo sus piernas temblorosas.
-En-encantado Lyan... -soltó una risita, pensando que en menudos momentos se ponían a presentarse. Pero Caleb no era una persona normal, así que simplemente le hacía gracia la situación.
Le besó, conteniendo un gruñido por los dedos, frotando más la polla del otro con toda la intención ya, y mucho más rápido. La suyo propia también la arrastraba por el muslo ajeno, sintiéndo sus piernas temblorosas.
-En-encantado Lyan... -soltó una risita, pensando que en menudos momentos se ponían a presentarse. Pero Caleb no era una persona normal, así que simplemente le hacía gracia la situación.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
El moreno podía sentir el pene erecto, duro como una roca y ardiente restregarse contra su pierna. Eso le estaba poniendo enfermo y maldijo mentalmente el hecho de encontrarse en aquel frío y sucio callejón y no en una cálida cama con... un completo desconocido.
Cuando era un crío, con 18 años, sí que solía hacer ese tipo de cosas, enrollarse con el primer chico guapoo que se le cruzaba por delante pero ahora... hacía siglos que no se encontraba en una situación así y por ello estaba ansioso y nerviosísimo.
- Igualmente...- Murmuró en un ronroneo.
Cuando era un crío, con 18 años, sí que solía hacer ese tipo de cosas, enrollarse con el primer chico guapoo que se le cruzaba por delante pero ahora... hacía siglos que no se encontraba en una situación así y por ello estaba ansioso y nerviosísimo.
- Igualmente...- Murmuró en un ronroneo.
Lyan- Cantidad de envíos : 100
Fecha de inscripción : 30/08/2009
Re: Erase una vez en un bar de mala muerte... (priv. Lyan)
Se estremeció al oír aquella voz ronroneante cerca de su oído. Aquello había sonado condenadamente sexy, sí, muchísimo. Y aquello era de las pocas cosas buenas que había pensado del caído desde que se habían conocido hasta ese momento. Incluso ahora no le olía ni la mitad de horrible que antes. Simplemente se estaba deshaciendo a su tacto, incluso movió más la cadera para sentir las manos en su trasero y su sexo contra su muslo.
Era una sensación demasiado intoxicante.
Con una sonrisa, llevó sus manos hasta las nalgas del otro, abriéndose paso entre la pared y el cuerpo de Lyan para conseguirlo, sin importarle arañarse la piel. Cuando lo logró pegó las caderas de ambos y empezó a frotarse directamente contra el otro, polla contra polla. ¿El único inconveniente? Los molestos pantalones de ambos. Pero... algo era algo.
-¿Aho-ahora ya somos amigos? -le preguntó jadeante.
Era una sensación demasiado intoxicante.
Con una sonrisa, llevó sus manos hasta las nalgas del otro, abriéndose paso entre la pared y el cuerpo de Lyan para conseguirlo, sin importarle arañarse la piel. Cuando lo logró pegó las caderas de ambos y empezó a frotarse directamente contra el otro, polla contra polla. ¿El único inconveniente? Los molestos pantalones de ambos. Pero... algo era algo.
-¿Aho-ahora ya somos amigos? -le preguntó jadeante.
Caleb- Cantidad de envíos : 45
Fecha de inscripción : 07/09/2009
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